QAPAC
ÑAN
(Cuento)
Entre Asillo y Pucará, hay un largo
camino conocido como Qapac Ñan Encantado, y ahí, se encuentra Azángaro y la
Peña Dorada.
Los ciudadanos y sus autoridades
de ambos pueblos, hubo siempre buenas relaciones.
Cierto día, muy lejano, cuando Joel aun era pequeño, a los seis años, había
visto y oído cosas totalmente extraños. Un
día pregunté a mi padre Jesús por esas cosas raras que pasaba
en mi querido pueblo de Azángaro y su muy conocido Peña Dorada, atrás del cerro
Choquechambi, al lugar se llega por el Qapac Ñan hoy jirón José Domingo Choquehuanca, lugar poco alejado del centro de la ciudad de
Azángaro, pues en esos tiempos mi padre, me contó lo que le
ocurrió a él. Como era comerciante realizaba viajes de un pueblo a otro, de
Asillo a Pucará a visitar a sus familiares, como también, llevando mercadería
como papa, oca y otros productos para cambiar con otros productos que no había en mi pueblo, como las
frutas, por ejemplo. En uno de esos viajes, por el camino por donde había ido,
se quedó en Azángaro para pernoctar, se acostó muy temprano, más o menos a las
6:30 de la noche, para viajar en la madrugada apenas cante el gallo, pero, el
gallo malagüero, cantó a las 11 de la noche y mi papá, creyendo que era la hora indicada se levantó, se demoró en alistar sus dos
caballos y la carga que iba a llevar y salió de viaje.
Y ya en el camino, inquieto se preguntó:
¿Por qué no amanece? ¿Me habré levantado muy temprano?
Siguió su camino, y luego escucho el sonido el sonido de
un rio, pero él que conocía el camino dijo
por sí:” por aquí no hay ningún río”. Y puso atención para ubicar de
donde venia el agua del río.
Avanzó un poco mas y levantó una piedra
plana y grande vió una corriente de agua ; volvió a tapar con la piedra y dejó
una señal, para observar a la vuelta por allí.
Continuó su camino, pero con temor por
lo que estaba. Y de rato en rato se decía:
Por aquí no hay agua y ¿Por qué no
amanece?, y mas o menos a las 12:00 de la noche escucho tocar a una banda de
músicos, que tocaba “casarasiri” y le provocó
mirar por un momento y verlos.
Al acercarse a una portada de piedras se
abrió sola y al entrar apareció una iglesia lleno de
objetos de oro y tan brillantes, dentro
del cual había un sacerdote vestido de blanco, quien terminaba realizar una
ceremonia tradicional de matrimonio. Mi padre se entusiasmó con la
música y se puso a bailar con los “Casarasiris”(matrimonio).
Cuando apenas bailó unita, se salió
asustado, y seguía su camino; Cuando
llegó al lugar llamado Peña Dorada,
temblando de frio; lugar encantado, debió ser
de noche todavía , pero continuaba
oscuro, era todavía de noche. Al poco rato el susto aumentó cuando
escuchó un lindo sonido de zampoñas y luego se detuvo en el camino cuando
apareció ante sus ojos una hermosa ciudad, luego llegaron hermosas mujeres de
cabellos rubios que se acercaron y lo abrazaban y lo besaban, lo condujeron
hacia una casa muy bonita jamás vistas
por él, mi padre ,paseó junto a las rubias por bonitos lugares y en eso
todo desapareció y volviendo en sí, y ya al amanecer se despertó del sueño y
grande fue su sorpresa al ver que estaba en
la Peña Dorada”, a punto de caer al vacío. Asustado se preguntó:¿Dónde
estoy ?.
Cuando se dio cuenta ya era de día;
entonces, regresó hacia el camino que lleva a Pucará.
Entonces, encontró a uno de sus caballos
con la carga caída hacia un lado y al otro caballo enganchado con la carga en
una piedra.
Ya mas tranquilo, continuó su viaje hasta llegar a su destino:
La Feria de Pucará. Aquí vive el hermano de mi padre a quien contó todo lo que
lo sucedió durante la noche.Su hermano de dijo:
-¿Cómo se te ocurre
viajar de noche por ese lugar del
Inca ?.Te hubieras vuelto loco o “Encantado”. Gracias a Dios estas sano y salvo.
Así lo dijo mi tío.
Después de realizado su negocio, pensó su viaje de regreso a casa con el recuerdo de lo sucedido. Al pasar por ese
lugar, no encontró nada de lo que había visto, solo la señal de la piedra plana
que estaba allí.
Finalmente,
al llegar a la casa, compartimos las sabrosas frutas que trajo mi padre
, y cuando contó a su familia como si fuera
un sueño mágico, algo que sucedió realmente, por todo ello debemos declarar a
la “Peña Dorada” como Patrimonio cultural de la Localidad de Azángaro, lo
propio proteger, por todo lo que le aconteció, me dijo que no es bueno caminar a altas horas de la
noche y menos a las doce de la noche que es hora del diablo.
Autor:
Joel Anthony
IES Mendel
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