viernes, 13 de junio de 2014

QAPAC ÑAN

QAPAC ÑAN

 (Cuento)

Entre Asillo y Pucará, hay un largo camino conocido como Qapac Ñan Encantado, y ahí, se encuentra Azángaro y la Peña Dorada.
 Los ciudadanos y sus autoridades de ambos pueblos, hubo siempre buenas relaciones.
Cierto día, muy lejano, cuando Joel aun era  pequeño, a los seis años, había visto y oído cosas totalmente extraños. Un  día pregunté a mi padre Jesús por esas cosas raras que pasaba en mi querido pueblo de Azángaro y su muy conocido Peña Dorada, atrás del cerro Choquechambi, al lugar se llega por el Qapac Ñan hoy  jirón José Domingo Choquehuanca, lugar  poco alejado del centro de la ciudad de Azángaro, pues en esos tiempos mi padre, me contó lo que le ocurrió a él. Como era comerciante realizaba viajes de un pueblo a otro, de Asillo a Pucará a visitar a sus familiares, como también, llevando mercadería como papa, oca y otros productos para cambiar con otros productos que no había en mi pueblo, como las frutas, por ejemplo. En uno de esos viajes, por el camino por donde había ido, se quedó en Azángaro para pernoctar, se acostó muy temprano, más o menos a las 6:30 de la noche, para viajar en la madrugada apenas cante el gallo, pero, el gallo malagüero, cantó a las 11 de la noche y mi papá, creyendo que era la hora indicada se levantó, se demoró en alistar sus dos caballos y la carga que iba a llevar y salió de viaje.
Y ya en el camino, inquieto se preguntó:
¿Por qué no amanece? ¿Me habré levantado muy temprano?
Siguió su camino, y luego escucho el sonido el sonido de un rio, pero él que conocía el camino dijo  por sí:” por aquí no hay ningún río”. Y puso atención para ubicar de donde venia el agua del río.
Avanzó un poco mas y levantó una piedra plana y grande vió una corriente de agua ; volvió a tapar con la piedra y dejó una señal, para observar a la vuelta por allí.
Continuó su camino, pero con temor por lo que estaba. Y de rato en rato se decía:
Por aquí no hay agua y ¿Por qué no amanece?, y mas o menos a las 12:00 de la noche escucho tocar a una banda de músicos, que tocaba “casarasiri” y le provocó  mirar por un momento y verlos.
Al acercarse a una portada de piedras se abrió  sola  y al entrar apareció una iglesia lleno de objetos de oro y  tan brillantes, dentro del cual había un sacerdote vestido de blanco, quien terminaba realizar una ceremonia tradicional de matrimonio. Mi padre se entusiasmó con la música y se puso a bailar con los “Casarasiris”(matrimonio).
            Cuando apenas bailó unita, se salió asustado, y seguía su camino;                                 Cuando llegó  al lugar llamado Peña Dorada, temblando de frio; lugar encantado, debió ser  de noche todavía , pero continuaba  oscuro, era todavía de noche. Al poco rato el susto aumentó cuando escuchó un lindo sonido de zampoñas y luego se detuvo en el camino cuando apareció ante sus ojos una hermosa ciudad, luego llegaron hermosas mujeres de cabellos rubios que se acercaron y lo abrazaban y lo besaban, lo condujeron hacia una casa muy bonita jamás  vistas por él, mi padre ,paseó junto a las rubias por bonitos lugares y en eso todo desapareció y volviendo en sí, y ya al amanecer se despertó del sueño y grande fue su sorpresa al ver que estaba en  la Peña Dorada”, a punto de caer al vacío. Asustado se preguntó:¿Dónde estoy ?.
Cuando se dio cuenta ya era de día; entonces, regresó hacia el camino que lleva a Pucará.

Entonces, encontró a uno de sus caballos con la carga caída hacia un lado y al otro caballo enganchado con la carga en una piedra.
Ya mas tranquilo, continuó su viaje hasta llegar a su destino: La Feria de Pucará. Aquí vive el hermano de mi padre a quien contó todo lo que lo sucedió durante la noche.Su hermano de dijo:
-¿Cómo se te ocurre  viajar  de noche por ese lugar del Inca ?.Te hubieras vuelto loco o “Encantado”. Gracias a Dios estas sano y salvo.
Así lo dijo mi tío.
Después de realizado su negocio, pensó su viaje de regreso a casa con el recuerdo de lo sucedido. Al pasar por ese lugar, no encontró nada de lo que había visto, solo la señal de la piedra plana que estaba allí.
Finalmente, al llegar a la casa, compartimos las sabrosas frutas que trajo mi padre , y cuando contó a su familia como si fuera un sueño mágico, algo que sucedió realmente, por todo ello debemos declarar a la “Peña Dorada” como Patrimonio cultural de la Localidad de Azángaro, lo propio proteger, por todo lo que le aconteció, me dijo  que no es bueno caminar a altas horas de la noche y menos a las doce de la noche que es hora del diablo.
Autor: Joel Anthony 

IES Mendel

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